Allá a lo lejos se puede ver, desde la distancia se alcanza a observar a la princesa, quien con su belleza irradia todo el castillo y sus alrededores hace que el entorno se contagie de su calidez en gran parte surgido desde su corazón roto, su felicidad no es plena solo busca el encierro y pocas veces salir de paseo.
En una ocasión se encontraba sola en el bosque y observaba como todos los animalitos tenían su pareja y compartían, la princesa se cuestionaba por que no podía ser feliz y el amor cada vez le era mas esquivo, entonces comenzó a odiar a todas la criaturas, para ella no era injusto como los animales podían tener compañía y como siempre encontraba mentiras y demás engaños de parte de todo hombre que quería hacercarce en plan de conquista ,quienes por la ambición del trono del reino basaban sus coquetas insinuaciones en mostrar una faceta irreal y el amor de la princesa les importaba poco.
Que es el amor?, era una pregunta que a diario se hacia, la soledad ya era un compañera de todos los días, tenia riquezas, dinero, empleados y reconocimiento pero nada de esto la llenaba, su felicidad consistía unicamente el poder conocer el amor sincero.
Un día se encontró en la plaza a un hombre al que la gente le rodeaba, todos estaban interesados en lo que este joven decía, era simplemente un contador de historias quien con su don de la palabra tenia a todas las personas atrapadas con sus relatos.
La princesa también lo escucho atenta, impactada por los cuentos disfruto y aplaudió a este personaje, luego al final cuando el hombre finalizo su interpretación la joven se le acerco se presento y lo felicito por tan bonitas palabras que acababa de escuchar.
hablaron mucho rato, sonrieron compartieron sus conocimientos acerca de la literatura quien casualmente a los dos tanto los apasionaba, hablaron también del tema del amor allí el joven de relatos para darle ánimos y buen consejo a la princesa finalmente le dijo:
"Mujer el amor no se mendiga, no se pide como sugiriendo un favor, tampoco se vende en dosis pequeñas y mucho menos se presta esperando que este regrese, simplemente el aparece en cualquier momento, no avisa, no pide permiso, te sorprenderá sin previo aviso, pueda que este cerca o quizás ya este lejos, incluso tal vez lo acabas de escuchar disfrazado de historias.
Juan C Muñoz B /2011
